Una de las grandes desventajas de
vivir en esta época es la variedad de opciones que tenemos en oferta.
¿Cuál es la diferencia?
Algunas personas han aprendido a
establecer objetivos y definir las prioridades, lo que les permite tomar una
decisión sobre las opciones que se ofrecen que harán que los acerca a sus
objetivos.
Otros parecen perderse en la
amplia gama de opciones frente a ellos. Seguramente alguna vez te has bloqueado
en el pasillo del supermercado, de pie delante de los 200 tipos de cereales
para el desayuno.
¿Qué podemos hacer para ser más
decisivo?
Recuerda que tomar una decisión
equivocada es mejor que hacer otra elección. A veces sólo tienes que elegir algo. Las personas pueden quedar atrapadas
en la parálisis por el análisis, el exceso de pensar cada decisión hasta que la
vida se detiene en seco. Si estas parado en el punto uno y buscas en la
estantería del supermercado durante demasiado tiempo, la vida acaba pasando.
Haz lo que es más difícil. Una de las razones por las que podemos quedar
atrapados al tomar una decisión es que sabemos lo que debemos hacer, pero
buscamos una razón para hacer algo más. La mayoría de las acciones se pueden
definir como objetivo a alcanzar o para aliviar la tensión. Si bien hay un
tiempo y un lugar para tomarlo con calma, cuando tienes un conflicto interno,
la mejor decisión a largo plazo sería la de elegir la acción que te lleva más
cerca de una meta significativa.
¿Debo ir al gimnasio o ver la
televisión toda la noche?
¿Debo comer en casa, comida
sana o parar a comprar precocinada?
¿Debo ir a trabajar hoy o llamar
que estoy enfermo?
¿Debo hacer mi tarea o pasar
tiempo en Facebook?
Todos sabemos cuál es la
respuesta correcta, pero muchas veces tomamos la opción fácil.
Conoce tus valores. Este es un elemento crucial de la toma de
decisiones, ya que puede guiarnos hacia las decisiones nos harán sentir mejor a
largo plazo. Saber lo que es realmente importante para uno mismo también
impide dejarse llevar por las expectativas de la gente de alrededor
o de la sociedad en general.
Si realmente valoras tu vida
familiar, toma decisiones que estén alineados con ese valor. Si valoras tu
salud, toma decisiones que permitan mantener tu salud al largo plazo. Si
valoras tu fe, toma decisiones que te ayuden a crecer en madurez espiritual.
Libertad para elegir Todas las decisiones son emocionales,
por tanto sin emociones entraríamos en la complejidad infinita de la razón y seríamos
incapaces de tomar decisiones.