Hace un tiempo quede fascinada con la experiencia
de mirar un caleidoscopio, según como lo movía podía observar distintas formas. Aparecian imágenes muy variadas , pero con la condición que yo girara y moviera el cilindro, ya que si lo dejaba quieto obtenia una sola imagen.
¿Cuántas veces dejamos quieta nuestra percepción para observar una realidad? ¿ Cuántas veces nos empecinamos en ver las cosas de una sola manera y no aceptamos girar ni un mínimo nuestra mirada?
Si comparamos nuestra psiquis con un caleidoscopio, nuestra mente seria ese cilindro que observa y congela las situaciones para interpretarlas de una determinada manera, nuestra psiquis solo se queda con una imágen fija , y en todo caso espera, que esa imágen se mueva por si sola, mientras tanto, sufrimos , nos quejamos, padecemos y sentimos una enorme impotencia por lo que nuestra mente a modo de caleidoscopio fijó como pensamiento.
"Nuestra forma de pensar se congela y nos quedamos recorriendo siempre los mismos caminos, pues la mente se fija a las cosas que pensamos.
Imaginemos que vamos en bicicleta por una carretera: el aire fresco golpeándonos el rostro, la naturaleza, las aves, los montes lejanos. Imaginemos que de pronto vemos una gran piedra en el medio del camino. Si fijamos toda nuestra atención en la piedra, es decir en el obstáculo, por mas que solo ocupe un breve espacio en la carretera, terminaremos chocando con ella.
Pensemos cuantas veces descubrimos un obstáculo en la vida, y al asumirlo como si fuera lo único, hacemos desaparecer todo las demás opciones como los arboles, las nubes, el resto del camino, dirigiéndonos irremediablemente hacia el, hacia la piedra" (OSHO).
Si intentamos hacer concientes nuestra manera de pensar las situaciones , los vinculos y hasta la manera de como nos pensamos a nosotros mismos , podemos realizar un descubrimiento muy profundo.
Si queremos cambiar algo, primero debemos desentrañar nuestros pensamientos, conocerlos, para luego flexibilizarlos, poder girar nuestro caleidoscopio y aprender que hay otras maneras de ver las cosas, que hay otras traducciones posibles que nos lleven a los cambios y a sentirnos un poco mejor. No se trata de ser un optimista ingenuo, se trata de desenmascarar nuestros pensamientos y modificarlos, porque allí esta el origen de nuestros actos.
Hace muchos años conocí a dos personas distintas que estaban atravesando por una misma situación, las dos mamas tenían a sus niños internados en el hospital con la misma enfermedad, las dos tenían un mismo diagnóstico y pronóstico acerca de la enfermedad de sus hijos, solo que una de ellas había podido girar su realidad y ver otra cosa, que esta enfermedad había creado entre ella y su hijo un vinculo de amor mucho mas fuerte que antes que la enfermedad apareciera, la otra mamá solo veía la enfermedad quejandose y maldeciendo su propia vida.
Dar un giro a lo que pensamos es la tarea mas ardúa, pero mas reconfortante que podemos hacer como seres humanos, solo así las escenas de nuestra vida pueden desplegarse en miles de colores, tal como mirar un caleidoscopio y saber girarlo.
viernes, 17 de junio de 2011
jueves, 16 de junio de 2011
¿ZANAHORIA, HUEVO O CAFÉ?
Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer
para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba
un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego
fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la
última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre
apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un bol. Sacó los huevos y los colocó en otro bol. Coló el café y
lo puso en un tercer bol.
Mirando a su hija le dijo:
- Querida, ¿qué ves?
- Zanahorias, huevos y café, fue su respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro.
Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la hija preguntó:
- ¿Qué significa esto, padre?
El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían
reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de
deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua
hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
- ¿Cual eres tú?, le preguntó a su hija.
Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?.
¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?.
Y hoy te lo pregunto yo a ti...
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y
pierdes tu fortaleza?.
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable. Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte,
una separación, un divorcio o un despido te has vuelto duro y rígido?. Por fuera te ves igual, pero... ¿eres
amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?.
¿O eres como un grano de café?. El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. ¡Cuando el agua
llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor!. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se
ponen peor... ¡tú reaccionas mejor! y haces que las cosas a tu alrededor mejoren. ¿Cómo manejas la adversidad?.
¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?. Piénsalo...
para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba
un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego
fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la
última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre
apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un bol. Sacó los huevos y los colocó en otro bol. Coló el café y
lo puso en un tercer bol.
Mirando a su hija le dijo:
- Querida, ¿qué ves?
- Zanahorias, huevos y café, fue su respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro.
Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la hija preguntó:
- ¿Qué significa esto, padre?
El le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían
reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua fuerte, dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de
deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua
hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
- ¿Cual eres tú?, le preguntó a su hija.
Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?.
¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?.
Y hoy te lo pregunto yo a ti...
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y
pierdes tu fortaleza?.
¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable. Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte,
una separación, un divorcio o un despido te has vuelto duro y rígido?. Por fuera te ves igual, pero... ¿eres
amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?.
¿O eres como un grano de café?. El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. ¡Cuando el agua
llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor!. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se
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Datos personales
- Judith Guitart
- Sóc llicenciada en infermeria per la Universitat Autònoma de Barcelona.Vaig arribar a exercir un any ...Vaig entrar a treballar en una botiga de mobles, m'agradava crear, el tracte amb la gent. Vaig estudiar grau superior de disseny, especialitat Disseny d'Interiors.Vaig conèixer al meu gran company, va néixer la nena, necessitava més temps, vam muntar la primera botiga de mobles.Va començar a funcionar, va néixer el nen i ampliem la botiga a reformes i construcció.Hem lluitat molt i seguim lluitant malgrat la crisi.Sempre he tingut un gran interès en com el desenvolupament de les persones pot fer que aquestes aconsegueixin objectius que mai haguessin imaginat, de com amb la guia adequada, i la gran majoria de les vegades sense, poden superar totes les limitacions imposades i assolir nous paradigmes ...vaig trobar la meva vocació el Coaching el poder acompanyar les persones a descobrir el seu veritable camí professional,aquell que encaixa amb la seva manera de ser i les seves expectatives, tant personals com professionals. Per aquest motiu, professionalment em dedico tant a aquesta faceta de "life coach" com a la meva empresa. Màster en Coaching Integral acreditat per ASESCO.